MONASTERIO DE SAN JOSE DEL CUERVO

La Orden de los Carmelitas Descalzos deciden construir un monasterio- convento y para su ubicación exploran varios lugares de Andalucía, siéndoles negados hasta que el Ayuntamiento de Medina Sidonia (Cádiz) les cede el emplazamiento ubicado en la Garganta del Cuervo; que se encuentra hoy en día en pleno Parque Natural de los Alcornocales.

Ya que, reunía las tres premisas que La Orden buscaba: soledad, vegetación y salubridad. Al encontrarse con un manantial de aguas medicinales se dedican a la sanación y también a la hospedería de enfermos que llegaban al lugar desde muchos puntos de España.

Una curiosidad de este enigmático monasterio es que  la iglesia se encuentra en el segundo piso; siendo el primero la Cripta.

Todas las personas que morían en el monasterio eran enterradas allí, reservándose la iglesia para los sepulcros de los monjes y otras personas notorias; llegándose a contabilizar en el Libro de Defunciones del monasterio más de 700 enterramientos.

Hasta la abolición de la Inquisición se dice que los monjes practicaban la tortura llamada “la gota”. ¿Verdad o envidias creadas contra ellos?

Tras el abandono de este lugar por los monjes queda a su suerte el edificio, cayendo muchas partes de su estructura e invadiéndole la vegetación. En el desenlace de la Guerra Civil española se tiene noticias por los más viejos del lugar que allí se ajusticiaba.

¿Dónde se encuentra hoy en día todos los enseres, mobiliario y demás objetos de este lugar?

 

En 1999 una empresa quiere reconstruirlo como hotel, negándose el pueblo de Medina Sidonia. En la actualidad es propiedad de una empresa extranjera, la cual niega la entrada a los visitantes.

¿Cómo se puede vender un BIC (Bien de Interés Cultural) dentro de un parque natural a esa empresa que lo está reconstruyendo?.

Antes de su venta se podía acampar incluso dentro de sus propias ruinas, encontrándose los campamentos abandonados por las mañana de los que allí pernoctaban. ¿Por qué?, ¿Qué sensaciones percibían?, ¿Qué ruidos escuchaban?, ¿qué voces?, ¿qué crujir de piedras que chocaban unas con otras?

He ido muchas veces a admirarlo y contemplarlo, tanto arquitectónicamente porque ocupa unos 2.700 metros cuadrados como la vegetación que lo envuelve y las sensaciones que me embargan. No podría encontrar una explicación, pero somos muchos los que hemos encontrado paz y al mismo tiempo al llegar a tu hogar te preguntas: ¿qué encierra en realidad este lugar de granito y mampostería en plena sierra gaditana?