Don Miguel Calderón de la Barca, nacido en Conil de la
Frontera (Cádiz), hombre con gran fortuna y mecenas de muchas iglesias y casado con Doña Ana Pavidal,
ostentaba el cargo de Consejero de Indias.
En una de sus travesías desde ultramar a su pueblo natal se
encuentra con una gran tempestad, temiendo naufragar. En ese momento se encomienda a la Virgen de
Guadalupe, salvándose todos los que viajaban en el navío. Habiéndole prometido
que si llegaban a buen puerto le construiría una capilla dedicada a ella, cosa
que realizó en el año 1720 junto a su esposa en la Ermita de Nuestro Padre
Jesús Nazareno de Conil a la que ellos también donaron dinero para su
remodelación. Esta capilla consta de un retablo pintado sobre la historia de
esta advocación de la Madre de Dios, encontrándomelo al estudiarlo en
lamentable estado a causa del humo de las velas.
Está custodiada por barrotes de hierro muy gruesos y en ella
se encuentra los restos de este personaje tan importante, olvidado y
desconocido por muchos.
Al mismo tiempo el matrimonio encarga la construcción de una
Custodia al madrileño Pedro Vicente Gómez de Ceballos, sin reparar en gasto
alguno. También, según la leyenda, como
agradecimiento por su salvación en esa galerna.
En el año 1721, un año antes de poner la primera piedra de la
nueva Catedral de Cádiz, la entrega al Cabildo Catedralicio. Se caracteriza por
estar hecha en plata sobredorada con multitud de perlas, brillantes, zafiros, rubíes
y otras gemas preciosas; pagando por ella al maestro argentero un millón de
reales. Motivo por el cual es conocida como la Custodia del Millón o la del
millón de gracias.
Es sorpendentente que al yo expresar esta historia en una
emisora de radio de la localidad muchos de los allí presentes como de los
oyentes ignoraran tan maravillosa historia.
A su llegada a Cádiz El Cabildo para dar más esplendor a la Procesión
del Corpus Christi quiso cambiarla por la que siempre desfilaba, la llamada
Custodia del Cogollo; al enterarse el pueblo de Cádiz se negó en rotundo.
Aceptando la decisión las Autoridades Eclesiásticas en pleno.
En el año 1890 Don Francisco Vélez y Carbonel dona un rico
armario para guardar esta joya única en su género, estando su interior forrado
de ricos azulejos de Delft (Holanda);
siendo su color en tonos rosáceos y cobrizos. Algo sorprendente, pues se
caracterizan en general por estar pintados en distintas tonalidades de azules.
La puerta que lo cierra expresa quien lo regala y para el
menester que lo hace. Haciendo constar que Don Miguel Calderón de la Barca
ostentaba el cargo de Virrey de México.
Como curiosidad, en el mismo año Doña Ana de Villa hace lo
mismo, entregando otro armario gemelo para guardar la Custodia que lleva su
nombre.
Los habitantes de Conil (Cádiz) afirman que no solamente
encargó una sola custodia sino dos; llegando algunos a pensar que se ha perdido
a través del tiempo. Si es así, ¿dónde está y quién o quienes la tienen en su
poder? Aunque preguntando e indagando otros dicen que se encuentra en la mayor
parroquia de la localidad. Si es así, ¿Por qué no se exhibe tan esplendorosa
custodia? He ay que todo objeto de tan inmenso valor guarda un secreto que jamás
será desvelado…
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